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Te vas pero estás


Llegó el momento en que partiste y el sentido de lo trivial se convierte en nostalgia de lo vivido.
Aquello que con indiferencia contemplaba cuando a tu lado estaba,
es ahora una conexión profunda con tu existencia:

La pelota que pateabas y los empujones que me dabas para ir tras ella,
los bloques con los que te divertías junto a tu abuelo Julio,
tu actitud exploradora en el centro comercial los viernes en la tarde,
el júbilo que se dibujaba en tu rostro al ver el viejo Simca llegar,
el resorte de tus piernas al abandonar el suelo y caer sentado en la cama,
los dientecillos de conejo que brillaban al estímulo de mis cosquillas,
el tierno bracito que extendías para que camináramos tomados de la mano,
la ondeante estrellita que formaban tus dedos al surcar los aviones el cielo,
los cuentos, las canciones en inglés que percibían tus oídos,
el armónico movimiento de tu cuerpo al cantarte mientras cepillaba mis dientes,
el placer incomprensible por el agua al nadar en tu piscina,
tus malhumores constantes, tu mirada siempre excelsa, de carácter, enigmática.

Quizás exista algo más fuerte que el amor, amado Emmanuel: la memoria.
Evoca estos recuerdos y sentirás,
a pesar de la distancia geográfica que hoy nos divide,
lo mucho que te amo y cómo mi felicidad depende de la tuya.

Quedan las remembranzas, las fotos, los videos, los momentos.
Queda la esperanza de una vida mejor para ti y un consecuente regocijo para mí.
Queda la excusa perfecta, un motivo real para viajar a verte.
Queda aquella ansiedad vivificada en el deseo de encerrarte febril en mis brazos e inundarte los pómulos de besos.

Mi eterno Link.



Comentarios

  1. Tus recuerdos permanecerán por siempre .
    Tu abuelita te ama y te desea que los angelitos te cuiden

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