Consumada la ficticia diversión del cuerpo, reside en la noche suspendido el pensamiento, evoco el pasado y nostálgico sacramento, el matrimonio mortuorio, débil e imperfecto. Promesas inválidas de un futuro perenne, que en contemporáneo tiempo escapan al viento, infaustas cenizas del frío y extinto fuego, mutuas heridas que entre las almas florecieron. El amor que fue es aquel que ya nunca será, sustentado en exceso de apacible recuerdo, buceará en mi ser, perecerá en el intento, para establecer en los dos un próximo encuentro. Extraño destino del sentimiento perdido, de este tumulto de amor que al olvido se ha ido, con nostalgia cesa el nosotros, cesa la unión, ¡inminente incertidumbre, cuán desilusión!
Blog de historias cortas y poemas