Bajo el velo de la pluma

Quiero volver a hacerlo, cuando el sol refleje sus rayos sobre mi macilento rostro, y mi cuerpo lo encierre febril con sus manos. La guitarra encuentre receptora de su enamorada tonada, y dedicarle un jardín sin rosa cortada. Mis letras sin rumbo se orienten con su mirada, y nuestros dedos se entrelacen cuan recia atarraya. El brillo del cine ilumine los torsos, y conjuguemos los labios recorriendo su dorso. Unidos seamos la lánguida sombra de Silva, y los astros luciérnagas de tal plusvalía. Las imágenes se esparzan gozosas mostrando las animadas visitas de lugares caminando. Que se atrincheren los cuerpos en nuestro aposento, bajo el concierto de gotas que en el tejado presento. Que comprenda su semblante como sólo un portal, donde mora su espíritu en el extenso cafetal. La música estimule armónicamente los pasos, mientras bordeo su cintura con el cinturón de mis brazos. Es el renacer del sentir, la aceleración de los órganos, el conjunto vivir, las contemplaciones excelsas. Sí