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en que sollozo por la carencia de tu abrazo
y la imposibilidad de contemplar
el candor de tus ojos espejados.
Pero no desfallezco,
asumo el distanciamiento
como un renacer perenne:
Un video, una canción,
un poema, una invitación,
una sonrisa, una emoción.
Es una extensa prueba que
reta a nuestro grávido río,
buscando que erosione desangrado
en vergonzosa soledad.
¿Qué aislamiento podrá intimidarnos
si la distancia emocional se ufana
de aquella física que nos separa?
Quizás nuestras existencias necesiten el extremo,
las circunstancias presentes,
para demostrar la calidad de lo que sentimos,
para que nuestra felicidad
no sea inherente a la coincidencia del espacio.
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