Infierno


– ¡Voy a bañarme para luego meterme al infierno ese de cocina a hacerles de jartar! – exclamó malhumorada la esposa.

El esposo, que reposaba en el sillón de la sala viendo la Fórmula 1, le replicó:

– Ya le he dicho que hay que hacer claraboyas en la pared para que le circule aire.

– ¡Usted nunca entiende nada! – contestó la mujer cerrando fuertemente la puerta del baño.


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