– Hola – le escribió.
– Hola
– ¿Cómo estás?
– Bien
– Me alegra.
– Ajá
– ¿Cómo te llamas?
– Camila
Hubo un silencio incómodo que lo exasperó.
– ¿Y qué haces? – reanudó con un moribundo suspiro de esperanza.
– Nada
– mmm ya, bueno te dejo, me voy a ocupar.
– Ok
Eliminó el match y cerró la aplicación. Había tenido un día pesado y lo último que quería era otra entrevista.
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