Su atractivo perfil hizo que varias empezaran a escribirle. Una joven de Bielorrusia le llamó la atención.
– ¿Realmente hablas todos esos idiomas? – Preguntó ella.
– Sí.
– ¡Veo que tienes un nivel avanzado!
– C2 certificado.
– ¿Entonces por qué estás acá si ya los dominas a la perfección?
– Siempre se aprende – le respondió a manera de excusa.
La conversación fue escalando en armonía y profundidad hasta develar su estado químico. Luego de un par de horas, ella tuvo que despedirse pero prometió hablarle al día siguiente. Él, por su parte, finalmente pudo experimentar lo que buscaba: la sensación de compañía.
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