Miles de neivanos con síntomas similares a los del herpes zóster atiborraban los consultorios médicos. El extraño brote preocupó a los expertos, quienes iniciaron las investigaciones para determinar causas y tratamiento a seguir. Se analizaron muestras y se efectuaron entrevistas. En ellas, hubo un patrón que llamó la atención: Todos los infectados manifestaron haber estado en eventos donde recibieron un beso o un abrazo de un aspirante a política. Como medida preventiva, se ordenó a los candidatos evitar todo tipo de contacto físico con los ciudadanos. La epidemia se controló sin necesidad de crear una vacuna.
--
Comentarios
Publicar un comentario