Los expertos tomaron medidas urgentes ante una inesperada falla en el sistema. Revisaron minuciosamente y reescribieron algunos códigos. Días después, ejecutaron la esperada prueba de ensayo.
– Pueden ir en paz – dijo el programador.
– Demos gracias al Señor – respondieron inmediatamente los feligreses ante el comando dado.
Los expertos liberaron la respiración que contenían y sonrieron. El software estaba corregido.
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