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Estadio de Neiva: Crónica de los ladrillos amputados


Primer lugar del concurso de crónica "Neiva 411 años" organizado por Neiva Clásica*

El estadio “Guillermo Plazas Alcid” ha tenido una existencia dramática llena de momentos agradables y esperanzadores; otros lamentables y vergonzosos. Con ese historial, nadie pensaría que su origen estuvo fundamentado en la solidaridad y la buena voluntad; valores tan escasos en nuestro tiempo. Solidaridad que se materializó un día, por allá en 1964, cuando a los ladrillos les salieron pies, marcharon y se unieron bajo la complacencia del cemento.

Hablar del Guillermo Plazas Alcid es revivir las anécdotas de Julio César Burgos Tovar, un saladeño quien con tan sólo 15 años llegó a Neiva en 1958. Siendo huérfano a temprana edad, se hizo cargo de todos sus hermanos menores mientras hacía trabajos de mecánica automotriz. Julio César se instaló en el barrio La Libertad que, para aquel entonces, estaba recién fundado. Era pequeño, alejado del centro y tenía unas pocas casas de bahareque y tejas de barro.

Al concluir la década de 1950, los líderes políticos Alfonzo Díaz Parra y Armando Spadaffor lideraron un proyecto para crear un campo de fútbol en el barrio Mano Fuerte. A Julio César le gustó la idea y con un grupo de vecinos se dirigió al virgen terreno. Allí encontraron numerosas piedras y abundante césped de corte. El grupo retiró las rocas, podó con machetes y delimitó el área con cal. Todo tardó alrededor de una semana. A la cancha la bautizaron “El Desnucadero”. – Ahí empecé a jugar fútbol con los del barrio – recuerda.

Meses después, Julio César comenzó a laborar en la Federación de Transportadores del Huila – TRANSFEDERAL, empresa pionera en el sector del transporte en el departamento. La sede se ubicaba en la Carrera 5A con Calle 18 y sus funciones se limitaban a cuidar un garaje. – Yo quería hacer otras cosas – me dice. Su curiosidad lo motivó a relacionarse con las máquinas que allí se hallaban. De esta manera aprendió, entre otras cosas, a manejar una grúa y esto le sirvió para ser tenido en cuenta como personal de apoyo en desastres naturales y emergencias.

El 16 de mayo de 1964 asumió la alcaldía de la ciudad el abogado Guillermo Plazas Alcid. Días después de su posesión, el 6 de junio, Neiva se vio inmersa en una inundación causada por el desbordamiento del río Las Ceibas. Ante la escasez de personal, el burgomaestre convocó a los ciudadanos para que con palas recuperaran las bocatomas del acueducto y se pudiera surtir agua nuevamente. – Varios fuimos a ayudar…algo impensable hoy en día, pues eso “le toca al estado”, diría la gente – afirma Julio César. Hubo personas de poblaciones cercanas que llegaron a apoyar las labores. El impase se solucionó en 36 horas y la noticia fue tendencia nacional. El periódico El Espectador tituló en aquella ocasión “Neiva no tiene agua pero tiene alcalde”. Tal coyuntura le mostró a Guillermo Plazas Alcid el poder que tenía para convocar.

En julio de ese mismo año, Julio César recibió de su empresa una indicación diferente a la que estaba acostumbrado. En esta ocasión no debía atender siniestros, ni accidentes de tránsito, ni emergencias naturales. – Don Ignacio Artunduaga, mi jefe en TRANSFEDERAL, me dijo que me fuera para Campoalegre a traer unos ladrillos pero no le pregunté por más detalles. Yo no tenía licencia para manejar la grúa pero así me fui. Cuando llegué al pueblo, vi que a varias volquetas las estaban cargando en las ladrilleras. En ese momento, Julio César no sabía cuál era el destino del material. – Cuando regresé a Neiva, don Ignacio me explicó que eran una donación para La Marcha del Ladrillo. Le pregunté qué era eso y me respondió que era una convocatoria del alcalde para construir un estadio en la cancha de Mano Fuerte. En ese momento, a Julio César se le garabateó una sonrisa, pues era doble su alegría. Había ayudado, años atrás, a adecuar el terreno y a demarcar la cancha. Ahora, el destino le había hecho un segundo llamado. Luego de la conversación, Ignacio Artunduaga le pidió llevar y apilar los ladrillos en el Parque Santander. Allí llegaron, días antes del evento, volquetas y carros con sus donativos.

El sábado 18 de julio de 1964 se llevó a cabo en Neiva la Marcha del Progreso, popularmente conocida como la “Marcha del Ladrillo”. “El pueblo de Neiva con sus propias manos construirá el estadio”, rezaba uno de los avisos de la convocatoria. La asistencia fue numerosa, de unas 15.000 personas, si consideramos la población de la época. El evento consistió en un desfile en el que cada participante llevaba un ladrillo. Algunos los cargaban sobre el hombro, otros los acunaban en sus brazos. Julio César rememora que la jornada se prolongó desde temprano en la mañana, hasta entrada la tarde; pues no todos caminaban al mismo ritmo. Hombres, mujeres, personas de la tercera edad, algunos estudiantes uniformados y hasta niños hicieron parte de la actividad. – Ese día, el Parque (Santander) se veía naranjita, – rememora – el desfile fue largo e inició por la Carrera 5. En aquel entonces no existía ningún puente sobre la quebrada La Toma. Solamente estaba el del tren, pero por ahí no se podía pasar. Así que nos tocó atravesar por una batea. A Guillermo Plazas Alcid le tuvieron tanto aprecio por la iniciativa, que la gente decidió llamar al estadio como él; aunque había otros que querían nombrarlo “Estadio La Libertad". – En fin, una colaboración muy berraca – afirma. Con los ladrillos recolectados se hizo un encierro redondo a la cancha, se sembró la gramilla y se elaboró una pista en tierra de 400 metros. De igual forma, se instalaron graderías metálicas con espacio suficiente para apoyar los pies de los espectadores.

Desde entonces empezaron los problemas. A los ladrillos empezaron a “amputarlos” y el escenario empezó a tener ese carácter controversial que lo caracteriza hasta hoy. El testimonio de Julio César contrasta con el de historiadores de la región, quienes afirman que el resultado de La Marcha no fue tan abundante y que el nombre del estadio fue dado de manera burlesca por un opositor al alcalde ante la baja acogida de la convocatoria. Otras versiones afirman que algunos aprovechados sacaron su propia tajada: se llevaron arena, piedra, cemento y ladrillos para construir sus propias casas.

Adicionalmente, el escenario fue demolido en 1976, un año después de la segunda alcaldía de Plazas Alcid. Esto surgió luego de un pleito jurídico en el que a algunos ciudadanos se les autorizó “retomar su aporte”. Con picos y barras, la población desnudó la cancha y la dejó tal como estaba antes de 1964. Afortunadamente, la pasión por el fútbol ya era parte de la idiosincrasia neivana y continuaba creciendo considerablemente. Eso motivó a que la ciudad se postulara en 1978 para acoger los XI Juegos Atléticos Nacionales. Luego del visto bueno por parte de Coldeportes (actual Ministerio del Deporte), se construyó una segunda versión del estadio y se desarrolló el evento deportivo entre el 28 de noviembre y el 15 de diciembre de 1980.

– No sé, mijo – me dice Julio César a manera de conclusión – pareciera que ese terreno estuviera maldito. No más recuerde a la muchacha que la aplastó una tribuna durante un concierto, los cuatro obreros muertos y toda la plata que se han robado durante la última remodelación…hasta brujería han encontrado. Para nadie es un secreto; el estadio ha navegado a través de un fuerte oleaje: Algunos mares de solidaridad y de satisfacción deportiva; otros místicos, trágicos, corruptos y vergonzosos. Hoy está en medio de un océano perverso sin tierra firme a la vista.


Bibliografía

BURGOS TOVAR, Julio César. Entrevista oral. 25 de mayo de 2023.

Enciclopedia Wikipedia. Estadio Guillermo Plazas Alcid. Ubicación https://es.wikipedia.org/wiki/Estadio_Guillermo_Plazas_Alcid. 26 de mayo de 2023.

MORENO CALDERÓN, Delimiro. Más de 5000 años de Historia en el Huila. Neiva, 2014.

PARRA TRUJILLO, Otoniel. La historia dolorosa del estadio (III parte). Ubicación https://www.lanacion.com.co/la-historia-dolorosa-del-estadio-iii-parte/. 26 de mayo de 2023.

PLAZAS, María Consuelo. Mi papá es Guillermo Plazas Alcid (el del estadio de Neiva). Ubicación https://www.soho.co/estadio-guillermo-plazas-alcid-de-neiva-historia-del-nombre/37925/. 26 de mayo de 2023.

TOVAR ZAMBRANO, Bernardo y SALAS VARGAS Reynel. Historia Comprehensiva de Neiva. Neiva: Academia Huilense de Historia, 2012. Tomo 4.

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Imagen tomada de la página Neiva Clásica (Historia Fotográfica) en Facebook.

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