Noche de las velitas


La casa de los González está iluminada con muchas velas aquel siete de diciembre.

– ¡Qué devoción tan profunda! ¡Dios los bendiga! – les dice el sacerdote mientras hace la cruz con su brazo derecho.

El señor González lo mira, pero no le responde. Vuelve la vista al celular, cuya batería expirará pronto, y continúa buscando empleo.

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