Bucle

 

Entras a tu habitación y observas que lo ha invadido todo. Sacas fuerzas y te dedicas, bayetilla en mano, una o dos horas a desterrarlo. Al terminar, te invade un sentimiento de satisfacción. Todo luce impecable. Te duchas, desayunas y das una vuelta por el barrio. Regresas. Entras a tu habitación. Lo ha invadido todo.

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