Papúas

Tan pronto la vi, me puse a la tarea de buscar la más hermosa.

—¿Te gusta? —le pregunté al mostrársela.

Se alejó sin decir palabra alguna y por algún tiempo no supe de ella.

Regresó cuando estaba a punto de olvidarla.

—¡Me encanta! —respondió.

Y puso su pulida roca en el suelo.

Comentarios

Publicar un comentario