Día de la madre

El segundo domingo de mayo, Santiaguito despertó entusiasmado. Al verla, se le acercó con una sonrisa desbordada.

—¡Feliz día, mami! —exclamó mientras la aprisionaba en su pecho.

La tableta, agradecida, se encendió sola y le devolvió una carita feliz.

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