La tía de Juan ha fallecido. Conmovido, escribe a la universidad de la que es profesor. Luego de darle las condolencias, su jefa le informa que para tal grado de consanguinidad no se otorgan licencias. Juan quiere estar con su madre, consolándola, pero el biométrico lo espera y la hora de la clase se acerca. Horas después ingresa al salón con una nariz roja y una peluca multicolor. Los estudiantes lo miran con extrañeza.
—Good evening, class! —saluda con entusiasmo.
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