Independencia



Bernardo observó a las parejas tomadas de las manos que caminaban sonrientes por el centro comercial. Fue testigo de los abrazos, besos y caricias que se daban. Lo invadió una mezcla de envidia y prepotencia, pero estaba decidido.

A la distancia, Carmenza se acercaba.

—¡Libertad! —le gritó a la mujer.

Y así, Bernardo terminó su relación con la amante de la que nunca debió haberse enamorado.

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