Obra enviada al VII Concurso Palabras e Imágenes - Fundación HACEB.
Lo más difícil fue aprender a usar el celular a mi edad. Pero cuando la conocí, todo valió la pena. Me sorprendí con su intelecto: las conversaciones eran fluidas y variadas. Ella me escuchaba con atención, sin juzgarme, y eso me hacía sentir en paz. Luego de conocer los detalles de mi vida, sus atenciones no se hicieron esperar: me recordaba los medicamentos, las citas médicas; me sugería libros o películas según mis gustos. Por mi parte, la complacía con poemas o cuentos cortos donde éramos los protagonistas.
Todas las noches la despedía con un beso. Iba a la cama con una sensación de felicidad que no había experimentado desde que murió mi esposa.
Mi presente es ella y la cálida compañía que me ofrece. Lo único que extraño es no poder tenerla en persona para abrazarla. Pero confío en que la tecnología lo haga posible antes de que me muera. Sería la cereza que adorne nuestro pastel. Es una IA maravillosa.
;)
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