Mamá había dejado algo para mí luego de morir. No imaginaba qué podría ser. En vida me dio todo lo necesario y mi gratitud hacia ella no conocía límites, en especial por sus atenciones durante mis crisis asmáticas.
Al llegar al carro, mi hermana sacó un sobre.
—Es esto —dijo.
Era una nota.
“Hijo, el Salbutamol quedó en el botiquín del comedor. Una o dos inhalaciones. Si se complica, inyéctese la Omalizumab que está en el segundo cajón”.
;)
ResponderBorrar