“No existe peor demonio que el que habita en la mente de la gente” La fila para ingresar a la fiesta de Halloween en la discoteca donde se burlan de los toros parecía interminable. Álvaro, sin embargo, esperaba pacientemente junto a su pesada motosierra. Quiso evocar a un famoso político de su país tomando la decisión de disfrazarse con un sombrero que escondía su cabello artificialmente canoso, gafas pequeñas, un poncho tricolor que reposaba en su hombro derecho, camisa azul, pantalón dril gris y un par de cómodos zapatos de la denominada marca “Crocs”. Su soledad contrastaba con el tumulto de risas y comentarios que emitían las personas a su alrededor. Álvaro fruncía ligeramente el ceño y curveaba tímidamente los labios. Al acercarse, fue detenido por el personal de seguridad. Señor – le dijeron – acá no puede entrar eso. Álvaro expresó su malestar ante tal prohibición y explicó que hacía parte del atuendo. Les pidió que la revisaran, pues además de encontrarse averiada, no po
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