Sentada está la estudiante, fingiendo ante mí académica afición, su mente danzando al son desafiante de mi voz docente en la extensa lección. ¿Qué navío estará atravesando el vasto océano de sus memorias? ¿El de mis nocturnos mensajes consolando sus muchas penas mortuorias? ¿Aquel de los profundos abrazos en un vacío salón que nos respalda, simulando un tigre lanzando zarpazos y fertilizando su fatigada espalda? ¿Será el barco de eufóricos besos, que representando manantial agua, humedecen desde el poro a sus huesos, encallando seguros como pescador en piragua? Cuan estación de tren compartida, llegas, permaneces y sales de mi vida, temores y prejuicios ganan la partida, dejando el recuerdo huérfano de la estadía.
Blog de historias cortas y poemas