El matrimonio de Jairo implicó ciertos sacrificios. Sus amigos, con quienes tenía frecuente contacto, hicieron sus familias y se relacionaron con otros. Al cabo de nueve años, y luego de varias tarjetas amarillas con su esposa, todo acabó. Al reventarse su burbuja, Jairo quiso recuperar sus contactos. Preguntas profundas, respuestas monosilábicas…no funcionó. Se dio cuenta, en su nueva soledad, que no había vivido uno sino una oleada de divorcios. -- Crédito imagen
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