Javier se puso a pensar en un acompañante cuando el presidente autorizó dos personas por boleta. Oscar sería ideal pero habían dejado de hablar luego de una discusión sobre el mundial de Catar. A William le gustaba el fútbol pero le molestaba que él sólo lo buscaba en tiempo de elecciones. No tenía más opciones. La noche del partido compró la entrada y esperó a algún alma solitaria en el portón. Como todos estaban acompañados, terminó ingresando solo. Desde hacía años sabía que en su vida 2x1 no daba dos.
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