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Mostrando las entradas de junio, 2023

Estadio de Neiva: Crónica de los ladrillos amputados

Primer lugar del concurso de crónica "Neiva 411 años" organizado por Neiva Clásica* El estadio “Guillermo Plazas Alcid” ha tenido una existencia dramática llena de momentos agradables y esperanzadores; otros lamentables y vergonzosos. Con ese historial, nadie pensaría que su origen estuvo fundamentado en la solidaridad y la buena voluntad; valores tan escasos en nuestro tiempo. Solidaridad que se materializó un día, por allá en 1964, cuando a los ladrillos les salieron pies, marcharon y se unieron bajo la complacencia del cemento. Hablar del Guillermo Plazas Alcid es revivir las anécdotas de Julio César Burgos Tovar, un saladeño quien con tan sólo 15 años llegó a Neiva en 1958. Siendo huérfano a temprana edad, se hizo cargo de todos sus hermanos menores mientras hacía trabajos de mecánica automotriz. Julio César se instaló en el barrio La Libertad que, para aquel entonces, estaba recién fundado. Era pequeño, alejado del centro y tenía unas pocas casas de bahareque y tejas de

Desfile

Yesenia los vistió y les puso rabo e’ gallo. Cuando llegaron al desfile, buscaron una buena ubicación pero no la encontraron. – Mami, esas escaleras no me dejan ver – se quejó Dylan. – Ni esa gente ahí parada en esas sillas – complementó Danna. La mujer revisó la cantidad de dinero que llevaba, la cual no era suficiente para tres entradas. Decidió turnarse para subirlos a sus hombros y en esa dinámica transcurrió el folclórico evento. Al llegar a casa, Yesenia lucía terriblemente cansada. Los niños estaban felices de haber tenido su propio palco. -- Crédito imagen

Algoritmo

Los expertos tomaron medidas urgentes ante una inesperada falla en el sistema. Revisaron minuciosamente y reescribieron algunos códigos. Días después, ejecutaron la esperada prueba de ensayo. – Pueden ir en paz – dijo el programador. – Demos gracias al Señor – respondieron inmediatamente los feligreses ante el comando dado. Los expertos liberaron la respiración que contenían y sonrieron. El software estaba corregido.

Gran Premio de Neiva

Las luces se apagaron y las llantas rechinaron en la grilla de salida. Los pilotos esquivaban los huecos, ignoraban los semáforos y conducían en contravía. Se logró un nuevo récord de velocidad en pista. El herido ondeaba la bandera a cuadros en la meta. La escudería Fracturas y Ortopedia fue la vencedora. – ¿Por qué? – preguntaron airados los de Medilaser – ¡nosotros llegamos primero! – Ustedes tienen una penalización de treinta segundos por haber atropellado a un motociclista – respondió el comisario. No hubo más reclamos. Al trofeo lo subieron a la camilla y lo metieron en el bólido.

Vacaciones

En la oficina, los empleados celebraban porque se acercaba el periodo de vacaciones. La tarde caía mientras hablaban con entusiasmo sobre sus planes. Pero a Alfredo no lo invadía esa misma emoción. Su rostro reflejaba una aguda preocupación. Abrió el cajón de su escritorio, como queriendo que todo fuese diferente, y sacó las tres hojas de papel. “Contrato de prestación de servicios”… – empezó a leer mentalmente. Cuando terminó, emitió un suspiro profundo, regresó el documento a su lugar y se preparó para sus últimas actividades laborales.